jueves, 7 de abril de 2011

¿Es necesario un Dios?

Nota: Este artículo no trata de menospreciar o faltar el respeto a cierta religión, solo es una reflexión que comparto.
Si bien el concepto de Dios es casi tan antiguo como nuestra propia existencia, por tal surge el cuestionamiento ¿Que beneficios nos trae creer en dioses?
La primera idea que me surge es ¨confort¨. Pero no se guíen por eso inmediatamente, la cuestión es que somos seres que tendemos a conceptualizar, es parte de nuestra naturaleza, el caso aquí es que hablamos de cosas intangibles. Desde hablar del amor como de fantasmas es una idealización valida, sin embargo cuando esta funge como parte fundamental de nuestra educación, es cuando podemos ver un cambio más creíble y significativo.
He de destacar que mi educación y entorno meramente fueron católicos, pero un acercamiento discreto al budismo me demostró un punto clave, la actitud y postura que toman a lo largo de su vida. Mientras en la católica estamos acostumbrados a pedir, rezar con la esperanza de que nuestras plegarias logren un cambio significativo, pero todo en una postura pasiva, sin aportar, por el otro lado los budistas tienden a buscar una acción antes que una plegaria, denotando una actitud mas activa que genere un cambio.
Aunque si bien dios como concepto es muy complejo para encasillarlo de manera simple, ya que puede representar seguridad, seres extraterrenales, dogmas, estilos de vida, cultura, perfección. Lo interesante es que estas ideas en una manera un tanto discreta van desplazando a nosotros mismo como concepto, como ser. En mayor o menor manera se llega al punto en el que mi criterio puede ser invalidado y se percibe la idea de que no hay muchos caminos para realizar tu más grande obra. Es verdad que lo que sirve para algunos no funciona necesariamente para todas las situaciones, lo cual pone en tela de juicio cualquier camino.
Otro aspecto importante es la manera en que delegamos responsabilidades, querer levantar un muro en segundos no es la gran idea, pero si es muy recurrente. El punto es que buscamos realizar procesos complejos a través de ideas poco fundadas, al grado que tenemos un queso gruyere en nuestra mente. La idea es que si queremos algun punto de acción, debe de surgir de nuestro consiente, pero más importante de nuestra voluntad.
¿Podemos vivir sin dioses? Yo creo que no, en algún momento tenemos todo para demostrar, pero no es siempre, por tal el hecho la fe será una muletilla que generemos constantemente. Imaginemos que de un día para otro dejamos a los dioses a un lado y con esto sus costumbres y tradiciones, aun grosso modo su cultura, en muchos sentidos puede ser fatal, todo dependiendo de donde se vea.
A mi parecer lo más importante no es en creer sino en optar por un criterio abierto basado en nuestro ser, que nos permita desarrollarnos e incluso cuestionarse a sí mismo, entrar en juego dinámico. Aunque bien se que hay cosas pueden servir tengamos un dios o no conceptualizado.
Lo idóneo es entrar en armonía y permitirnos actuar sin un sentido culpa, hay que decir ¨Por que así lo quise¨.

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